lunes, octubre 13, 2008

Noviembre

Septiembre no me dejó nada. Se fue tan rápido como vino. Y no quiero ser ingrato con este mes pero no me dejó ni siquiera un par de líneas en este blog que parece ya olvidado a su suerte. Pero no es así. Fue septiembre el que, con sus golpes y triquiñuelas, dejó pasar el tiempo y que la ansiedad se apodere de las teclas. No hubo ni siquiera una sonrisa que recordar o un abrazo eterno, de esos que se dan cuando tu equipo hace un gol al equipo rival. Así fue septiembre: hosco, intratable, lluvioso, empalagoso y soso. Soso a más no poder. Tan soso que todas la mañanas tuvieron el mismo color a uva desteñida.

Desteñidas las cortinas de las ventanas de la oficina. Desteñidas las uñas de las musas ocasionales. Desteñidas las bebidas de fin de semana. Desteñidas las canciones en el reproductor. Desteñidas las palabras en su boca.

Septiembre no me dejó nada. Ni siquiera un teléfono. O una mirada furtiva. No es por hablar mal de un mes que ya se fue y no está aquí para defenderse, pero ni siquiera me acordé del cumpleaños de la chica del pelo color almagre. Y si me acordé me hice el que no para no escribirle correos diciéndole que la pase bien y que disfrute de su fiesta con mil invitados menos yo. Así fue septiembre: malcriado, vulgar, irrespetuoso, mañoso, rencoroso. Tan rencoroso que recordé todas las veces que me dijeron que no todo porque mi cara reflejaba, como septiembre, diversas angustias.

Angustiado este blog. Angustiado los lapiceros a la hora de escribir. Angustiada y afligida la llave cuando da la vuelta para abrir la puerta. Afligida la puerta cuando se abre. Desteñidas las puertas.

Septiembre se fue sin dejarme nada. O casi nada porque ya siendo octubre me he dado cuenta de todo lo que, sin querer, me dejó. Al menos pensamientos entre/cortados. He escrito simples líneas para volver a retomar ciertas habitudes desesperadas. Habitudes que realizo de madrugada mientras mis amigos celebran fiestas romanas libando zumos prohibidos por las escrituras. Lo estoy retomando, poco a poco y sin desesperarme. Y porque ya es octubre. Y porque ya es primavera aunque también sea otoño. Septiembre ya es historia. Es un conjunto de sucesos pasados y acontecimientos no dignos de memoria.

Nuevos vientos, no desteñidos esta vez. Octubre.