martes, febrero 23, 2010

En el altar

La vi entrar por la puerta de la iglesia. Llevaba el vestido verde que compramos en una tienda del centro. No sé por qué la había invitado. Ahora me arrepiento. Ahora es muy tarde. Se ha dejado el pelo largo y se ha peinado como le decía yo que lo haga. Tuve que invitarla, si no lo hacía iba a ser peor porque se iba a aparecer de todas maneras y me lo iba a reprochar. Pensé que con la invitación no iría a venir pero está aquí. Suena el piano de la iglesia. La gente se va acomodando. Yo miro el altar, no quiero voltear a verla pero no voy a poder soportar mucho esta situación. Volteo para verla, se ha puesto algo en la cabeza, es como una mariposa y se ríe con Soledad. Lleva unos pendientes que combinan bien con su vestido. Le gusta el color verde, y sabe que a mí me encantaba verla con ese color. Espero que esté tranquila. Se ha dado cuenta que la miro, que la observo, hay miradas que no puedo controlar. O cierro los ojos o miro el suelo. Fuera ha comenzado a llover y Lucrecia no llega todavía. Quedan diez minutos o menos para que llegue y estoy nervioso y ella sigue riendo. ¿Se reirá de mí? No creo, lo hace para disimular, yo sé que no ha querido venir pero que al final por joder lo ha hecho y la muy estúpida de Soledad que le da conversación. Los invitados siguen llegando. La música me aturde un poco y la corbata me está matando. No debí haber bebido ayer, ahora empiezo a temblar y me jode porque se nota.

Llegan los familiares de Lucrecia, los odio y no entiendo que pueden tener en común esa cuadrilla de gente tan horrible con mi Lu. Ha sido capaz de saludar a mi madre, se le ve decidida, no creo que se atreva a joderme así. ¿Me lo merezco? No. No me lo merezco, no merezco que me jodas así. Lo nuestro no pudo ser y al final hiciste lo que te dio la gana. Cuando más te necesité te fuiste y me dejaste. ¿Ya no te acuerdas acaso? Te fuiste sin más y ahora quieres que yo deje todo esto y me vaya a vivir contigo. Qué desvergonzada eres. El coro de la iglesia canta algo que no conozco. Me jode saludar y sonreír. No conozco a todos y quiero que esto se acabe de una puta vez. El cura ya está listo. Yo no. Por qué has venido, qué quieres aquí. Me gustas y lo sabes.Sabes que nunca pude decirte que no, para nada. Ahora no dejas de mirarme. Quieres que vaya a saludarte. No lo haré. Vienes hacia mí. No me lo puedo creer…

- Hola, felicidades. Estás muy guapo.
- Gracias. Qué quieres, dime. ¿Quieres algo? Si quieres algo dímelo de una vez, por favor.
- Yo solo quería saludarte y estar en el día más importante de tu vida. ¿Acaso te molesta que yo esté aquí?
- No me molesta, gracias por venir. Disculpa pero como has dicho tú es el día más importante de mi vida y estoy nervioso.
- Pues eso, que solo quería saludarte.

Me da, delante de todos, dos besos en el altar y se va. Una cosa así solo pudo haberlo hecho ella. Me ha jodido la noche: Lo peor de todo es que lo sabe. Lucrecia no llega y la iglesia está abarrotada de familiares, amigos y curiosos. No sé por qué pero en sus ojos vi esas ganas de hacer algo que le conozco de años. Esas ganas de pasar por encima de todos. Algo tiene pensado. Algo va a hacer. La he cagado al tratarla así. Es peor, hubiese tenido que ignorarla. O tratarla bien, con cariño. Pero tampoco es justo, yo siempre lo hice y cómo me pagó. Mis amigos están allí, espero que se hayan dado cuenta de que está ella, de que ha venido solo por joder y que si intenta algo la detengan. Ha llegado ya, es Lucrecia. Suena la música más fuerte. ¿Es este realmente el día más importante de mi vida? Y si lo es, por qué me siento tan solo, tan abandonado. Quiero irme. Quiero quitarle el vestido verde ese que compramos y que nunca se lo puso conmigo porque me dejó tirado un día bajo la lluvia esperando un bus. Qué quieres, a qué has venido. Haz lo que sea pero por favor no empeores más las cosas. La gente se ha dado la vuelta para ver el ingreso de Lucrecia, ella sí que no se merece esto. Yo quizás. Me cuesta estar así. Y cuando el cura me pregunté, ¿podré decir que sí? Yo miro el altar, el cura me mira y me levanta las cejas, estoy tan solo y la música me está matando, no me queda otra que bajar la mirada y esperar a ver qué pasa.

2 comentarios:

nene dijo...

me he sentido como la chica de vestido verde ......

Carlos Rojas Olivos dijo...

Entonces, déjame decirte, tienes mucho peligroooo! ;)