He salido de incógnito. Qué quiere decir eso, pues quiere decir que no voy a reconocer a nadie, quiere decir también que si veo a alguien conocido me voy a hacer el loco, el que no le conozco. Esa persona no me reconocerá porque estoy de incógnito. Aunque quizá si voy a comprar cigarrillos a la tienda de la esquina el coreano que los vende me reconozca… da igual, esta vez no me despediré ni le hablaré y solo señalaré los cigarrillos.
Visto de negro, llevo algo con capucha y gafas de sol. Es que para incógnitos pocos
No hablo con nadie mientras camino y me gusta, todos miran al loco que soy yo y se preguntan por lo de mis gafas de sol. Llevo una mochila para levantar más miradas porque soy un incógnito al que le gusta llamar la atención. De esos incógnitos que les gusta que les vean, en eso consiste el juego, en que me vean pero no me reconozcan. Qué voy a comprar… pues libros, muchos libros a buen precio porque hay una feria, libros usados, esos libros que huelen a leído. Esos leo yo, no los nuevos que cuestan mucho y huelen a pegamento, no, a mí me gustan los libros viejos, los libros manoseados, con manchas de café y olor a insomnio.
Y de incógnito voy por las calles, por las calles con miles de gentes
Llego a la feria, mucha más gente de lo que me esperaba. Muchos libros y ese aroma a libros usados se respira de lo mejor, ese aroma que sentimos los que cambiamos las páginas de los libros con esa sensación de que alguien ya lo ha hecho antes. Reabrimos lo inesperado. Me pongo las gafas porque pienso que aquí sí alguien me va a reconocer. Dije que no saldría pero lo hice, salí de incógnito y no he hablado con nadie. Mi teléfono móvil no ha sonado porque lo he dejado en casa, no llevo nada con lo que me puedan ubicar. Pero, ¿quién me quiere ubicar? Basta de preguntas. Estoy en una ciudad que no es la mía y tratando de pasar desapercibido cuando sé que aquí nadie se dará cuenta de que existo a menos que yo de un paso. Pero si escapo de las preguntas por qué me hago tantas. Me siento, abro el libro comprado, me vuelvo a quitar las gafas de sol. No quiero escuchar nada más, quiero leer tranquilo. Me ha costado mucho llegar a este lugar sin que nadie lo sepa y sin que nadie me haga preguntas. Empiezo a leer, dice:
“Hola, de quién te escondes.”
4 comentarios:
Eso digo yo, de quien te escondes...
reitero este comentario para todos los demás cuentos: me gustan mucho.
Hay veces en las que queremos estar solos y nos escondemos hasta de nuestra propia sombra...
Es bueno saber que al menos a una persona le guste esto, por más anónimo que sea...
Te refieres a salir de incógnito o a escribir esto...?
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